El tiempo, el ciclo de los ciclos,
generador de factores comunes,
de sentidos comunes, así como el agua,
se evapora, condensa y luego se congela,
vuelve a condensarse y vuelve evaporarse,
siguen y siguen todos sus ciclos,
el tiempo es una sola cosa,
el tiempo es el pasado, el presente y el futuro,
somos canalizadores y filtramos información del universo,
tenemos una especie de agujero negro en nuestras mentes,
dividimos los tiempos y los espacios,
somos definidores y contruímos para un ser universal común,
esa corriente vibratoria que nos une a todos,
dividiendo, definiendo y determinando el tiempo,
hemos creado el tiempo a nuestra manera ya que somos canalizadores,
transformamos el espacio y determinamos su materia,
hemos materializado cosas perceptibles a nuestro tacto,
la mayoría de las partículas de un átomo son incorporales e inmateriales,
esto revela el gran misterio inconciliable con el mito de la perfección humana,
es tan simple como detenerse en los descubrimientos desconcertantes de la ciencia,
los que generan desequilibrio e inseguridad quedando al olvido,
descubrimientos como armas de fuego existentes antes de su creación,
martillos fuera de época razonable y otros descubrimientos más,
ignoramos la derrota de lo ininteligible y nos satisface lo comprensible,
conectamos nuestras sensaciones y nuestros pensamientos
a través de cables y satélites como si una cuota de nosotros viajara en partículas,
logramos conexiones increíbles, nos comunicamos,
pero son las partículas quienes viajan a través de nuestras canalizaciones,
somos sus estacionamientos,
es el universo quien pasa por nosotros y lo otro,
es el quien nos acaricia día a día, segundo a segundo,
decidimos que el inicio de un ser humano es el nacimiento natural acostumbrado,
yo... he decidido creer que tanto el fin como el inicio está en mi presente,
es lo único que puedo razonar y sentir empíricamente.
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